Si estas entre volver y no volver, si ya metiste demasiado en tu nariz, si estás como cegado de poder, tirate un cable a tierra. Y si tu corazón ya no va más, si ya no existe conexión con los demás, si estás igual que un barco en altamar, tirate un cable a tierra. Y yo estoy acercándome hasta vos, bajo la luna, bajo la luna. Las cosas son asi, tengo el teléfono del freak, que esta deseoso de volarte la cabeza. En un par de minutos sale el sol, si ya no hay nada que anestecie tu dolor, si no llegas, si no alcanzas a verme, tirate un cable a tierra. No creas que perdió sentido todo, no dificultes la llegada del amor, no hables de más, escucha al corazón, ese es el cable a tierra.

El que logre sacarme una sonrisa que me dure, el que logre llevarme por algún camino que tenga salida, el que logre que se me pierdan las tristezas y pueda de nuevo contar mis alegrías, el que logre hacerme sentir presente en un lugar repleto de gente, el que logre tenerme en pie por más de un día, el que me lleve a un lugar ajeno tan sólo para respirar aire puro y hacerme sentir lo que es el valor de la vida, el que logre llenarme de sensacion con sólo tomar mi mano, a él voy a estar esperando.

Ya no mira las estrellas, mira sus ojeras, cansada de pelear.

Tal vez el sol de esta mañana no fue dirigido hacia mí, tal vez hoy no me tocaba despertar y verlo y sentir que brillaba para mí, tal vez hoy era día de noche, día de oscuras, día sin luz. Que el día no te brinde la luz no significa que no este, es cuestión de emprender el camino para bien y buscar sin parar, sin un límite, hasta donde el alma pare y se sienta desvastada, como tal vez hoy ocurrió y por eso vi que el sol no había sido para mí y que la luna cantó que el día lo habia guardado para mí, lo había reservado para una noche de penas, de llantos y de palabras guardadas con un candado de hace varios y varios meses, candado que sabía que si se abría sería para empeorar las cosas, pero que también era cuestión de querer ver la realidad, cueste lo que cueste, aunque sea lo que más me duela, porque la verdad... la verdad a veces es tan cruel que creemos que estamos en una pesadilla, que creemos que no lo merecemos, y tal vez sea la mejor manera de aprender, a los golpes, pero con la realidad.

Sin saber que destino me espera, sin perder el objetivo, sin decirle adiós y echarme a un costado, te sigo queriendo.

El principio de las cosas que pasan en nuestra vida a veces son fáciles, sin dificultades, se dan como si fueran algo regalado, por eso es que uno no le da importancia, porque fue un principio facil, porque no tuvimos que mover un dedo para obtenerlo, porque se dió y punto ya está, que más puedo hacer? nada... seguro? A veces por tomar confianza y pensar en que ya hicimos el principio y con eso alcanza perdemos una de las mejores oportunidades de nuestra vida; nos cuesta taaanto ponerle sentido a las cosas, remarla, ver de la mejor manera e intentar no querer ver siempre lo negativo. A veces los principios se tornan aburridos o con el principio ya nos alcanzo bastante y preferimos terminar todo ahí asi no nos pasa nada y seguimos perfectos en nuestra cajita, con tal de no salir lastimados o simplemente por el hecho de ser tan cobardes y no querer darnos cuenta que lo que hoy se nos presenta mañana ya no puede estar, y lo que hoy fue fácil tal vez mañana sea lo mas importante y lo que nunca quieras olvidar o mejor dicho: PERDER.