
Tal vez el sol de esta mañana no fue dirigido hacia mí, tal vez hoy no me tocaba despertar y verlo y sentir que brillaba para mí, tal vez hoy era día de noche, día de oscuras, día sin luz. Que el día no te brinde la luz no significa que no este, es cuestión de emprender el camino para bien y buscar sin parar, sin un límite, hasta donde el alma pare y se sienta desvastada, como tal vez hoy ocurrió y por eso vi que el sol no había sido para mí y que la luna cantó que el día lo habia guardado para mí, lo había reservado para una noche de penas, de llantos y de palabras guardadas con un candado de hace varios y varios meses, candado que sabía que si se abría sería para empeorar las cosas, pero que también era cuestión de querer ver la realidad, cueste lo que cueste, aunque sea lo que más me duela, porque la verdad... la verdad a veces es tan cruel que creemos que estamos en una pesadilla, que creemos que no lo merecemos, y tal vez sea la mejor manera de aprender, a los golpes, pero con la realidad.
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